El dik-dik de Kirk (Madoqua kirkii) es considerado el segundo antílope más pequeño de África, con apenas 70 centímetros de altura total y aproximadamente cinco kilos de peso. Recibe su nombre porque las hembras emiten el peculiar sonido de alarma "zik-zik" o "dik-dik" al huir zigzagueando cuando se sienten amenazadas, aunque ambos sexos emiten silbidos agudos que también sirven de alerta de la presencia de depredadores a otros animales.
De pelaje color marrón amarillento con vientre blanco, comparte características con otros antílopes, como su cola corta, que los machos tienen pequeños cuernos huecos no ramificados, de entre cinco y diez centímetros y con anillos en su zona inferior, o la presencia de glándulas odoríferas cerca de los ojos que producen secreciones con feromonas y otros compuestos que -entre otras funciones- sirven para expresar la dominancia de un animal o, depositadas en la vegetación, sirven como medio de comunicación.
Por otro lado, esta especie presenta singularidades que le convierten en un antílope atípico. Por ejemplo, el dik-dik de Kirk cuenta con un hocico puntiagudo con terminación prensil, como si fuera una pequeña "trompa" similar a la del elefante, el oso hormiguero o algunos monos. En su frente, presenta un mechón de pelo que se eriza en forma de cresta cuando están asustados o cuando los machos defienden sus territorios o llevan a cabo el cortejo.
El dik-dik de Kirk es monógamo y cada pareja ocupa su propio territorio, donde el macho es más activo en el marcaje por olor, aunque los dos sexos participan en esta tarea. Además, el macho defiende el territorio de otras especies y otros machos, mostrando un comportamiento agresivo con gestos de dominación o amenaza en época de celo. Los lazos de pareja se establecen rápidamente y dan lugar a interacciones entre ambos sexos - poco frecuentes- como el acicalamiento, la vigilancia mutua, la emisión de llamadas de alerta a la par o el juego.
El dik-dik de Kirk utiliza sus glándulas preorbitales, cerca de sus ojos, para marcar con olor todo su territorio. El desarrollo de estas glándulas odoríferas demuestra la importancia de la comunicación olfativa en sus interacciones sociales, con comportamientos de pareja como olfatearse y lamerse estas glándulas odoríferas, el cuello o el lomo.
El olor y el marcaje tiene gran relevancia en la llamada "ceremonia del estiércol", una práctica en la que el dik-dik utiliza repetidamente montones de estiércol, generalmente delimitando su territorio y usándose por diferentes familias: en primer lugar, la hembra orina y defeca, tras lo que el macho se coloca detrás de ella y analiza su orina; al alejarse, el macho olfatea los excrementos, patea enérgicamente y marca con orina y heces; y, finalmente, ambos sexos impregnan de olor con sus glándulas preorbitales las ramas cercanas. Suelen defecar sobre el estiércol de elefantes, rinocerontes o antílopes, aunque también suelen olisquear para obtener información de otras especies sin marcar posteriormente.
El dik-dik de Kirk se adapta a zonas de matorrales poco húmedos, pastizales de sabana o riberas de los ríos, evitando terrenos escarpados, buscando que su hábitat incluya hierba corta, claros abiertos, una capa de arbustos y matorrales. Así, satisface sus necesidades de visión amplia, posibilidad de ramoneo y protección frente a depredadores como babuinos, chacales, leones, guepardos, águilas o búhos.
En cuanto a su dieta, es lo que se denomina un "selector concentrado" que se alimenta principalmente de plantas, hojas y frutos muy ricos en nutrientes y agua, que hacen que apenas necesite beber, por lo que en la estación seca tiene preferencia por plantas con mayor contenido en agua que rechaza en la temporada húmeda. De hecho, el dik-dik de Kirk es uno de los ungulados con menor gasto diario de agua y cuenta con estrategias para la acumulación de líquidos y la regulación de su temperatura, tanto a nivel metabólico como en su comportamiento. Además, la temporada de cría está asociada a la disponibilidad de ramoneo, coincidiendo con las épocas de disponibilidad de plantas leñosas, al inicio de las lluvias, o de hojarasca fresca, al inicio de la estación seca.