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El lince ibérico (Lynx pardinus), es una especie de mamífero carnívoro de la familia Felidae. Este felino de color pardo es el más apreciado de la península y todo un ejemplo de éxito en las políticas de conservación y recuperación de las especies en peligro de extinción.
Desde Selwo Aventura estamos comprometidos con su protección y conservación para ayudar a que las poblaciones del lince ibérico sigan creciendo.
Esta es una especie endémica de la Península Ibérica y necesita del ecosistema del bosque mediterráneo para sobrevivir. Entre las características del lince ibérico (Lynx pardinus), podemos destacar su aspecto físico diseñado para una buen camuflaje en el ecosistema mediterráneo, su comportamiento y alimentación en estado salvaje y su ciclo de vida.
Este felino salvaje de patas largas y cola corta, terminada en una borla negra en el extremo, tiene un comportamiento que nos puede recordar a los gatos domésticos, ya que mueve su cola manteniéndola erguida cuando se encuentra en peligro o excitado.
Es fácilmente reconocible entre los felinos por con dos "pinceles" o mechones de pelo negro en la terminación de sus orejas puntiagudas. Estos pelos le ayudan a camuflarse mejor en el ambiente, ya que modifican su silueta haciéndolo. Además, a partir del año de vida, les empieza a crecer una especie de patillas por las mejillas que crecen con la edad, siendo estos curiosos pelos más largos en los machos que en las hembras.
Tiene el pelaje de color pardo o grisáceo, ayudando al camuflaje entre la vegetación de su entorno. En el lince ibérico podemos encontrar tres tipos diferentes de patrones moteados en su pelaje, que ayudan a la diferenciación entre individuos: el patrón de mota fina, con manchas pequeñas y en gran cantidad, con mayor concentración en los laterales del cuerpo; el patrón de mota gruesa formando líneas, con una mayor concentración en los hombros; y el patrón de mota gruesa desagrupada, en el que las manchas aparecen desordenadas por el cuerpo. Un lince de un tamaño medio suele pesar entre 10 y 15 kg, aunque podemos encontrar algún espécimen macho de hasta 20 kg.
En esta especie la época de celo comienza entre enero y febrero. Y es que una de las curiosidades del lince ibérico es que, aunque es un animal de hábitos solitarios, durante este tiempo de apareamiento la pareja se une y elige junta la madriguera en lugares protegidos como zonas rocosas o árboles huecos.
El tiempo de gestación dura entre los sesenta y cinco y los setenta y dos días, por lo que las crías nacen entre el mes de marzo y abril. Las hembras pueden dar a luz hasta a cuatro cachorros, aunque lo más normal es que tengan dos. A las cuatro semanas del nacimiento, la madre cambiará de madriguera y cuando los cachorros tienen dos meses empiezan a participar en las cacerías, acompañando a su madre. Para cuando las crías tienen entre siete y doce meses ya son totalmente independientes, aunque no será hasta a los veinte meses, con casi dos años, abandonarán su territorio natal y comenzarán una vida en solitario.
Aunque vivan de forma independiente a los dos años de edad, lo habitual es que las hembras no se reproducen hasta los cinco años, y solo cuando su madre muera y hereden su territorio. La hembra de lince ibérico es fértil y se reproduce hasta los diez años, contando con una esperanza de vida de 13 años.
El lince ibérico habita en el bosque y matorral mediterráneo, alejado de la actividad humana y en lugares que le proporcionen refugio y pastos abiertos para cazar los conejos, aunque dentro de este tipo de hábitats tienen preferencias muy concretas.
Pese a una importante población de la especie en el valle del Guadiana portugués, España alberga en torno al 85% de los linces ibéricos de la Península, con tres importantes poblaciones en Sierra Morena y los Montes de Toledo, aunque se identifica que la especie se está reproduciendo en más de quince áreas geográficas. Por regiones, las poblaciones estables de lince ibérico se encuentran principalmente en Castilla-La Mancha, Andalucía, Extremadura y Región de Murcia. Aunque el lince se distribuye según la abundancia de presas a su disposición, habitualmente el territorio de cada individuo es de unos 10 kilómetros cuadrados.
Una de las curiosidades sobre el lince ibérico es que hay necesidades imprescindibles en su hábitat: como una zona de monte bajo para descansar y una zona de campo con una alta densidad de conejos donde se encontrará activo para la caza.
Este felino, uno de los emblemas de nuestra fauna, es conocido internacionalmente por haber estado en peligro crítico de extinción a principios del siglo XXI, pero haberse recuperado de forma asombrosa debido a la reproducción ex-situ y su posterior reintroducción. Con una reducción de más del 70% de su población en apenas diez años, se estimaba que había menos de un centenar de linces en 2002 con capacidad reproductora, al inicio de los esfuerzos de conservación en cautividad. En 2011 se comienza a liberar ejemplares al medio natural y, al alcanzarse la cifra de alrededor de trescientos ejemplares en libertad, reduce su grado de peligro a "amenazado" en 2015. En la actualidad, el lince ibérico está catalogado como especie vulnerable a la extinción desde 2023 y cuenta con una población de 2.401 linces ibéricos viviendo en libertad entre España y Portugal en 2024.
Las principales causas de amenaza de este felino están causadas por el hombre, y los atropellos con vehículos a motor suponen el 75% de las muertes detectadas, a las que se suman en menor medida la caza furtiva directa, el envenenamiento o la caza por de cepos y lazos dirigidos a otras especies.
Respecto a la sus amenazas naturales, el lince ibérico se ve amenazado por enfermedades como la tuberculosis y la reducción de las poblaciones de conejo debido a la mixomatosis, la neumonía vírica o la ganadería intensiva. Además, enfrenta los mismos problemas que sufren otras muchas especies, como la pérdida del hábitat por incendios forestales, la urbanización del medio natural y la reforestación inadecuada con especies de crecimiento rápido como el pino o el eucalipto, incompatibles con el desarrollo del bosque de matorral que requiere esta especie.
Este felino cuenta con distintas curiosidades que realzan no solo su belleza sino también su capacidad de caza y su ferocidad:
Selwo Aventura se convirtió en 2015 en la primera institución zoológica privada de España en acoger linces ibéricos con la llegada de una pareja no apta para la cría ni la reintroducción en libertad. De esta forma, se establece una importante colaboración en el proyecto de conservación, permitiendo que los los centros dedicados expresamente a la reproducción puedan concentrar sus esfuerzos en el cuidado de los ejemplares aptos para la cría y la posterior suelta de los cachorros adecuados al medio natural. Con el paso de los años, Selwo Aventura ha acogido diferentes ejemplares de lince, poniendo sus instalaciones al servicio del proyecto de conservación del que en su momento fue el felino más amenazado de todo el planeta.
En el día a día, esta especie nos ayuda a transmitir a nuestros visitantes la necesidad de cuidar el medio ambiente, siendo gran protagonista de nuestras actividades educativas y charlas didácticas diarias y sirviendo de emblema de la labor de conservación de especies amenazadas que llevan a a cabo los parques zoológicos modernos como Selwo Aventura.
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